Mtnez. Tornel - La Virgen de la Arrixaca

27/05/1905               La Virgen de la Arrixaca       José Martínez Tornel
No vale lo antiguo por antiguo, vale porque significa, porque dice, porque atestigua algo. La virgen de la Arrixaca es la imagen es la imagen más antigua de todas las que reciben culto católico, es del siglo XII, y los ochocientos años que sobre ella pesan son toda la historia de esta ciudad y ella la imagen su punto de partida.
Así se comprende que se apasionaran de esta virgen aquel arqueólogo y creyente piadoso que se llamó Don Javier Fuentes, que la restaurase, que inaugurase su culto y que lo dejase establecido y legado a sus amigos de modo que esa advocación histórica, arábigo-cristiana, juntase como en fraternal hermandad a los amantes de las cosas murcianas, en su historia, tradiciones y costumbres.
El primer año que el Sr. Fuentes inauguró la fiesta de la Arrixaca se discutió cuanto se puede discutir sobre esta imagen de la Virgen y sobre la significación de la palabra Arrixaca, conviniéndose por todos en que quiere decir “Arrabal murado”, como que, justamente, lo era el sitio donde estuvo y se le encontró, donde recibió el culto de aquellos pocos cristianos que había en Murcia cuando los árabes eran señores de ella.
             Pero es que la Arrixaca fue Arrixaca de los cristianos cuando estos eran los vencidos, y Arrixaca de los moros cuando los cristianos fueron los vencedores con Alfonso El Sabio y Don Jaime de Aragón; por lo que aquella imagen y aquel nombre aparecen en la Cantigas del Rey, y la imagen ha estado en la exposición del centenario de Colón junta con el Códice de las Siete Partidas. Es decir que esa Virgen no es una antigualla, que es un monumento del pasado que consagra un punto tan esencial de nuestra ciudad, como es el alborear de la fe cristiana en esta tierra y su triunfo sobre las huestes agarenas.
Para los cristianos de ahora ¡qué grande, ¡qué hermoso tributar ante esa imagen el mismo culto que le dieron aquellos que recogieron aquí las primeras semillas de la fe y que la hicieron fructificar en medio de tantos peligros y en el fragor de los combates! ¡Y para los literatos, pata los hombres de ciencia, unirse en espíritu con aquel ínclito, aunque desgraciado monarca castellano único que ha pasado a la posteridad con el renombre de El Sabio!
Pues todo eso recuerda y significa y avalora la fiesta de la Virgen de la Arrixaca que se ha de celebrar mañana en su hermosa capilla de la iglesia de San Andrés.
A la muerte del Sr. Fuentes, sucedió a este fundador en el cargo de preparar y organizar la fiesta el malogrado e inolvidable D. Luís Peñafiel; después hemos recibido el legado D. Andrés Baquero, D. Mariano Palarea, y yo, que nos hemos encontrado con la grata compañía y loa cooperación de algunas distinguidas señoras como la Marquesa de Salinas y Dª Josefa Molero, que viene contribuyendo a este culto de su fundación; y con gran número de señores muy amigos, intelectuales todos, a quienes gusta, atrae y enfervoriza el sabor de piedad y de murcianismo de esta fiesta de la Arrixaca.
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16/05/1915.- La Virgen de Ia Arrixaca   José Martínez Tornel

Es la antigua Patrona de Murcia, la ha sido durante seis siglos. Últimamente cortada su
tradición, y poco menos que arrumbada la interesante efigie, había venido a constituir sólo una antigualla arqueológica, cuando Don Javier Fuentes, benemérito de nuestras Letras y Artes, la restauró y la devolvió al culto.
La Virgen de la Arrixaca tenía su ermita propia en el arrabal de San Antolín, por entre San Antolín y San Andrés. Los frailes agustinos que fundaron su convento hacia San Antón, luego quisieron situarse más alto, huyendo de las frecuentes inundaciones de aquella parte de la Huerta, y al efecto solicitaron de la Ciudad les cediese la ermita de la Virgen su Patrona con algún terreno alrededor; ellos principiarían en su iglesia la ermita y cuidarían de la Virgen, disfrutando de los prestigios de su devoción popular.
La Virgen de la Arrixaca venía siendo y siguió siendo el paño de lágrimas de los murcianos, sobre todo en sus aficciones colectivas. Cuando con motivo de epidemias o de sequías se llevaba la Patrona en rogativa a la Catedral había que poner guardias en el templo para ordenar el inmenso gentío, clamoroso y enfebrecido. La Ciudad le regaló unas ricas andas de plata, a principios del siglo XVII, cuidando mucho al entregárselas a los Padres Agustinos, de dejar bien sentado que pertenecerían siempre, igual que la santa efigie, a Murcia.
Porque los Agustinos tendían a hacer suya la Virgen; como tendía también la Catedral hacerla suya. Lo cual más de una vez produjo agrias competencias en que la autoridad eclesiástica tuvo que intervenir.
Entre tanto la misma piedad frailona de los Agustinos, o simplemente la tradición popular, que se perece por lo legendario, inventó aquella historia del pozo y del atranque y de Arre jaca. Y la aparición de la Virgen, allí escondida desde la dominación de los Moros. Fundamento a semejante leyenda había dado quizá las noticias arcanas del Padre Román de la Miguera, sin sospecha acogidas por nuestro historiador Cascales, pues según ellas, la ermita de la Arrixaca existía cuando los Visigodos, y en su pila recibieron el agua bautismal los Cuatro Santos de Cartagena. Muy natural que los cristianos, al ocurrir la irrupción de la morisma, ocultaran la vendita imagen donde no la profanasen los infieles, y que siglos después...
Ello es que en el siglo XVII los Agustinos reedificaron ampliamente su iglesia y en el frontispicio de la nueva fachada pusieron como trofeo un gran bajorrelieve de la Virgen Patrona saliendo del pozo, conforme a la popular tradición: con lo que esta quedaba confirmada y Nuestra Señora de la Arrixaca, proclamada agustina, o poco menos.
La Catedral, por su parte, al irse cansando de cuestiones sobre tal punto con los frailes, acentuó su devoción por la Virgen de la Fuensanta, que nadie le podía disputar. Había contribuido principalmente a llamar la atención del pueblo hacia la imagen del Monte, la conversión de la famosa "Baltasara" y luego su larga penitencia a1lá en la Cueva de la Cómica. Cuando miró. los Capuchinos que eran sus confesores, se hicieron lenguas de su beatitud y la gente habló de prodigios que podían tenerse como indicios del cieIo... La Catedral pues, de acuerdo con los Capuchinos, a fines del siglo XVII trajo en rogativa por vez primera a i. Virgen de la Fuensanta contra el derecho inmemorial de Nuestra Señora de la Arrixaca. Hubo censuras y excomuniones del Obispo, más la Ciudad intervino por contar el escándalo, y logró a1 cabo de una avenencia: en adelante, para las rogativas podrían traerse al a Catedral ambas imágenes por supuesto la de la Arrixaca en primer término. Con que siguieron trayéndose, poco menos que en competencia una y otra. Luego, a pujas de entusiasmo devoto, el Cabildo constituyó a principios del siglo inmediato, la hermosa Iglesia del Monte, y poco después los Agustinos en su amplia Iglesia nueva, dedicaron la Virgen de la Arrixaca una suntuosa capi1la, cuyo patronato tomaron los Marqueses de Corvera.
Dividido así el interés religioso, y confusas y casi empatadas las tradiciones respectivas, (con-
tribuyendo a esto el bajo relieve de los frailes), pudo más, últimamente, la Catedral; su triunfo
definitivo fue cuando se proclamó a la Virgen de la Fuensanta solemnemente generala de los
murcianos en la guerra de 1a Independencia. Nuestra Señora de la Arrixaca, podría decirse que
quedó como Virgen principalmente de los frailes, y sufrió 1as alzas y bajas del Convento.
Cuando la expulsión de los frailes (1834), el Convento de San Agustín corrió la suerte que
los demás. Se lo incautó el Estado; vendió 1a parte del Convento como uno de tantos "bienes
nacionales"; la iglesia fue destinada al almacén de pertrechos (estábamos en la guerra civil) y
después sirvió para almacén de carbón. ¡Respetuoso destino!
EI Obispo Barrio, que aquí hizo tantas cosas buenas, recuperó la iglesia, la restauró y adecentó y la abrió al culto nuevamente. Su atractivo principal fueron entonces las flores de Mayo, en cuyos ejercicios, bajo la protección de1 Obispo que nunca dejaba de asistir, hacían los seminaristas más espigadas sus primeras pruebas de oratoria sagrada; aquí sacó aquel ilustre prelado una pollada de predicadores que honraron luego nuestros púlpitos. La Virgen de San Agustín vino a
ser la del Amor Hermoso.
¿Y la de la Arrixaca? Arrumbada con sus trapajos, siguió yaciendo entre polvo y olvido, desde
la expulsión de los frailes, en una guardilla (s) trastera.
Hace ya algunos años que en el tercer domingo del mes de Mayo se le viene tributando
solemnes y especialísimos cultos a 1a antigua patrona de Murcia, la Virgen de la Arrixaca. La
venerada y antiquísima imagen de esta Virgen se la encontró maltrecha y deteriorada por la mano
de los siglos y relegada al olvido por la indiferencia de los hombres un buen murciano, amante de
todas las cosas de Murcia y especialmente de 1as artísticas y religiosas e impulsado por ese amor la
restauró y la devolvió al culto, presentándose decorosamente al cariño de los murcianos. Además
le consagró un día para 1a celebración de su fiesta en el mes de las flores.
Esta fue la obra meritoria de Don Javier Fuentes con relación a la Virgen de la Arrixaca.
Muerto don Javier otro murciano, tan amante y apasionado de las cosas de Murcia como Don
Andrés Baquero, se constituyó como heredero del Señor Fuentes para continuar su obra y mantener la devoción y el recuerdo histórico de esta primera patrona de esta Ciudad. Al efecto se han
asociado unos cuantos amigos, de los mismos gustos artísticos, de las mismas aficiones literarias
y arqueológicas, de los mismos sentimientos de amor y cariño por estas nuestras cosas, que formando una sociedad casi anónima y sin reglamentación ninguna, se reúnen todos los años en
este día en la iglesia de San Andrés para honrar a la misma imagen que honraron 1os primeros
cristianos que en Murcia convivieron con los moros.
Este es el origen de la fiesta de 1a Arrixaca, ya obligada para los murcianos que tengan algo
de artistas, de literatos, de intelectuales. En ella, además de glorificarse a la Virgen en esa advocación sarracena, se dedica un recuerdo piadoso y un sufragio a los artistas murcianos que pasan a mejor vida. Este año, entre los asistentes echaremos de menos a un popular pintor maestro de la Academia de muchos jóvenes que Ie recuerdan con filial cariño: me refiero a Don Antonio Meseguer tan delicado como artista, como bueno, como hombre.
Así, en aquel ambiente plácido y piadoso de aquella histórica capilla donde todos los años se recorren las mejores páginas de la historia de Murcia, cantándose elocuentemente por los mejores oradores sagrados, iremos recordando año tras año a los que nos dejan para que después nos recuerden a nosotros.
Porque el culto de esta Virgen ya no cesará nunca. Siempre habrá buenos murcianos que la
sostengan. Ya por motivos históricos, ya por razones artísticas, ya por compañerismo de ultra-
tumba con los que lo iniciaron y se 1o legaron vivo y esplendoroso.
Los que vengan después han de darle más valor que damos nosotros a estas antiguallas, históricas y religiosas, porque su cultura les dirá que la historia de los pueblos y de su civilización
y de su vida se forma con hechos, con leyendas y con tradiciones que es precisamente lo que
significa la Virgen de la Arrixaca en la historia de Murcia, un hecho, una leyenda y una tradición

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